Las opiniones de nuestro alrededor eran las típicas: “Que los EV son muy caros, que hay que instalar un punto de carga, que no tienen autonomía, etc…”
Nosotros transmitimos tranquilidad: que no es necesario instalar ningún punto de carga, que simplemente podíamos poner un enchufe schuko de toda la vida en el exterior de la vivienda, que no era tan complicado y que no nos supondría una inversión; que los paneles solares iban a ayudarnos a cargarlo prácticamente gratis en días de buen tiempo; que podíamos empezar buscando uno de segunda mano para realizar una inversión inicial menor y vender el Megane antes de sus 100mil km (cifra que cruza la barrera psicológica de mucha gente para considerar el coche como “viejo”), etc” 😆
Total, que nos convenció el tema y nos hicimos una ruta por distintos concesionarios: Nissan para el Leaf 40, Kia para el Niro PHEV (híbrido enchufable), Renault para el Zoe, Hyundai para el Ioniq en sus versiones enchufable. .. En TODOS nos asustaba muchísimo el precio y tengo que decir que SÓLO NISSAN quería realmente vendernos el coche ofreciéndonos opciones buenas en cuanto a financiación. Eso sí, tras probarlos nos enamoramos de la sensación de conducción eléctrica.
El miedo que teníamos era realizar ese desembolso tan grande y luego arrepentirnos por no adaptarse ese tipo de coche a nuestro sistema de vida. Sabíamos que íbamos a tener que hacer ciertos cambios en nuestras rutinas, pero no estábamos dispuestos a tener que hacer gincanas todos los días por cambiar de coche, cuando los que teníamos funcionaban perfectamente.
Tras unos días de reflexión, empezamos a mirar a fondo las webs de segunda mano. Encontramos un coche que respecto al precio ofrecía buenas prestaciones y una autonomía suficiente para nuestro día a día, era un Nissan Leaf 30, de aquella por 16mil €, año y medio de antigüedad y 50mil km. No nos lo pensamos, pusimos el Megane a la venta rápidamente y en tan solo 4 horas lo teníamos vendido. Llamamos para reservar el leaf y en un mes lo tuvimos en casa, no sin múltiples problemas, todo hay que decirlo.. Lo compramos a un concesionario multimarca de Andalucía completamente desconocedores del EV. Cuando el coche llegó a casa, le faltaba la tarjeta SD, que no solo controla los mapas del navegador, sino que funciona como registro para que el vehículo guarde hasta la hora…. Y diréis, bueno, un contratiempo sin importancia.. Pues no, porque en los eléctricos es necesario para beneficiarse del periodo valle (mucho más económico con Discriminación Horaria) al cargar de noche y si tienes que estar todos los días saliendo al coche a las 22.00 o 23.00, según invierno – verano, para ponerlo a cargar y desconectarlo por la mañana, menudo impedimento. Además, son tarjetas específicas para cada número de bastidor, por lo que no nos servía ninguna otra. Evidentemente el concesionario corrió con los 800€ de gasto de la nueva tarjeta (la del coche la robarían por el camino o en el mismo concesionario para venderla por internet, que al parecer van caras) pero tardamos casi 3 meses en tener la tarjeta en casa.